Con las fuerzas recuperadas, nos fuimos en busca de un sitio para desayunar. Al lado del hotel, hay una cadena que se llama ZABARS que tiene cafetería y supermercado y puedes comprar comida para llevar. Nos fue muy bien porque desayunábamos unos baggels allí y algunos días comprábamos bandejas de ensalada y fruta para cenar.
Después fuimos en metro hasta la parada 5ª av. con 59 street de la linea amarilla (N Q R), haciendo transbordo en Times Square. La idea era recorrer la 5a avenida des del hotel Plaza para ir viendo las tiendas con calma, ya que el día anterior sólo les echamos un vistado general. Este fue el recorrido:
Fuimos a ver la tienda de Apple y Fao Swartz, que están en frente del hotel Plaza. Todas las tiendas son enormes, edificios enteros de varias plantas en las que te pierdes por dentro. La juguetería Fao Swartz me gustó especialmente porque tiene el piano gigante de la película Big (de Tom Hanks) y puedes hacerte fotos gratis mientras lo tocas con los pies.
Después entramos en Tiffany’s y quedamos cegados ante el brillo de tanto diamante. En esta tienda está el diamante amarillo que usó Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.
Seguimos bajando por la 5a avenida viendo los escaparates de las marcas más exclusivas y pasamos otra vez por el MOMA, la iglesia de St. Patrick y el Rockefeller Center. Como ya los habíamos visto el día anterior, sólo nos paramos para reservar hora para subir al mirador del Top of the Rock a las 18h (para ver la puesta de sol).
Después pasamos por la tienda de la NBA, el hotel Waldorf Astoria y el Metlife building (éste último es curioso verlo desde Park Avenue porque está en medio de la carretera).
Finalmente llegamos a la estación de trenes Grand Central Terminal (escenario de muchas películas) y justo al lado está el edificio Chrysler, para mi uno de los más bonitos de la ciudad. Este edificio fue financiado por el dueño de la empresa de automóviles Chrysler, que incluyó en él motivos automovilísticos como las águilas de Chrysler, tapacubos y radiadores de automóviles. Este rascacielos es emblemático por su estilo Art Decó y porque se construyó en un tiempo récord de 18 meses sin que nadie sufriera un accidente mortal. Su cúpula fue construída en el más estricto secreto dentro del edificio y en tan sólo 2 horas la colocaron, alcanzando el edificio Chrysler los 319 metros de altura y logrando ser el edifcio más alto de Nueva York durante 11 meses (actualmente ocupa el 3er puesto).
En la 5 avenida, entre las calles 33 y 34, encontramos a otro de los edificios más importantes de Nueva York, el Empire State. Éste no nos gustó tanto como el Chrysler, aunque de noche gana cuando lo iluminan. Con sus 102 plantas y su 443 metros de altura (incluída la antena), es el segundo rascacielos más alto de Nueva York, después de la Freedom Tower. Fue el rascacielos más alto del mundo desde 1931 hasta 1972 y se construyó en un tiempo récord (410 días). Al principio lo llamaban el edificio vacío y casi quiebra si no fuera por lo recaudado por el mirador. Dispone de 2 miradores, uno en la planta 86 (29$) y otro en la 102 (suplemento de 15$) y su ascensor sube a 305 metros por minuto. Su horario es de 8h de la mañana a 1:15 de la noche, pero se recomienda ir muy pronto porque hay muchísima cola.
Como ya he explicado anteriormente, nosotros decidimos subir sólo al mirador del Top of the Rock para no perder tanto tiempo haciendo colas. Igualmente, no íbamos a entrar a ver museos, ya que sólo teníamos 4 días y medio para ver Nueva York y dábamos prioridad a otras cosas.
Como ya empezábamos a tener hambre, fuimos al Madison Square Park a comernos una hamburguesa en el famoso Shake Shack y la verdad es que estaba buenísima y muy económica. Este restaurante es más bien un puestecito con una terraza al aire libre y se forma bastante cola de gente, pero atienden rápido, así que no hay que esperar demasiado.
En este parque fue cuando vimos ardillas por primera vez y después no paramos de verlas durante todo el viaje:
Al lado de este parque estaba el famoso Flatiron Building o el edificio plancha, otro de mis favoritos. Es característico por su forma triangular: su extremo redondeado tiene sólo 2 metros de ancho, con 25 grados de ángulo. En 1902 se convirtió en el edificio más alto del mundo con 22 plantas y 87 metros de altura.
Como se acercaban la hora de subir al mirador Top of the Rock, retrocedimos sobre nuestro pasos hasta llegar al Rockefeller Center. Allí entramos con nuestra entrada del Go Select sin hacer colas y como teníamos reservada la hora, sólo tuvimos que pasar el control de seguridad.
A las 18:10 ya estabamos arriba y fue perfecto porque aún era de día y al poco pudimos presenciar una espectacular puesta de sol y como poco a poco se iban iluminando los edificios hasta que se hizo de noche. Las vistas, como podéis ver, son impagables (se ve todo Central Park, el Empire State, el rio Hudson y casi toda la Gran Manzana). Este mirador dispone de 3 niveles entre las plantas 67 y la 70, aunque recomiendo hacer fotos desde la de más arriba porque no tiene cristal. Lo malo es que se abarrota de gente a esta hora, por eso es mejor llegar un poco antes y coger un buen sitio.
No sé como son las vistas desde el Empire State, seguramente también serán impresionantes porque además es más alto, pero yo no me arrepiento de haber escogido el Top of the Rock para nada.
Cuando salimos del mirador, nos fuimos andando hasta Times Square porque teníamos entradas para ver el musical del Rey León a las 20h en el Minskoff Theatre (1515 Broadway). Las cogimos en la web www.newyork60.com por 110€ por persona. En esta web tu no ves los asientos que coges, pero ellos te aseguran que son los mejores disponibles para ese día y por el mismo precio que costaba sentarse en la parte de atrás del todo del Mezzanine, a nosotros nos dieron asientos centrados en platea (Orchestra U 122-123). Te dicen tus asientos asignados unos días después de pagar las entradas pero si no estás de acuerdo, te devuelven el dinero o los puedes cambiar.
Estamos muy contentos con los asientos que nos tocaron y el musical fue espectacular, el mejor que he visto. Sólo con la primera canción se me puso la piel de gallina, tanto la música como la escenografía fue impresionante, lo recomiendo de verdad. La obra dura 2:45h con un descanso a la mitad.
Cuando salimos fuimos a comernos un cheesecake en Junior’s (muy rico), que está justo al lado del teatro Minskoff y después de disfrutar un poco de Times Square de noche, nos fuimos al hotel a dormir, que había sido un largo día.
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