Los días que nos quedaban los íbamos a dedicar a ver Kyoto. No es muy recomendable verlo en fin de semana porque hay mucha más gente en todos lados, pero si no hay más remedio, se puede hacer igualmente. Nosotros visitamos la zona este de Kyoto en domingo y nos dio tiempo a todo.

Este es un mapa de Kyoto con las cosas que queríamos visitar marcadas en amarillo:

KYOTOOK

Empezamos el día yendo a la estación de Kyoto (al lado del hotel) porque desde allí salen la mayoría de buses para visitar la ciudad. La mayoría de los autobuses tienen una tarifa de 220Y, pero hay otras tarifas para recorridos más alejados. En el bus se entra por la puerta trasera y se sale por la delantera pagando en una máquina automática que hay junto al conductor. Si se tienen que realizar más de 2 viajes en autobús sale a cuenta comprar una tarjeta de 1 día por 500Y (te la puede vender el mismo conductor). Se valida en el primer viaje y a partir de ahí sólo hay que enseñarla al salir. Además de las líneas normales, está el RAKU BUS (100, 101, 102) que va por zonas de especial interés turístico y cuesta lo mismo.

Nosotros empezamos nuestro recorrido en el templo Ginkaku-ji (Pabellón Plateado). Para ello teníamos que coger el bus 5, 17 o 100 en la estación y bajarnos en la parada de Ginkaku-ji-michi. El templo abre de 9 a 16:30h y cuesta 500 yens.

Este templo zen es uno de los más famosos de Kyoto. En realidad su nombre formal es Higashiyama Jishoji. Sin embargo, le llaman Ginkaku-ji porque en un principio lo querían cubrir de plata, pero al final no pudo ser porque hubo una guerra y se quedaron sin los recursos necesarios. Como curiosidad, la parte de abajo del edificio es de estilo japonés y la de arriba de estilo chino.

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Lo que más impresiona es su hermoso jardín zen (sobre todo un enorme flan de arena que simboliza al monte Fuji).

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El jardín sube hasta una colina desde la que se pueden ver unas vistas espectaculares del templo.

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Al salir, hay una casa del té dónde puedes tomarte el típico té verde con una pastita.

Nosotros nos dirigimos al Camino de la Filosofía para recorrerlo a pie (son unos 2,5 km). Se trata de un camino que discurre a lo largo de un canal rodeado de cerezos. Lo llaman así porque el filósofo Kitaro Nishida andaba por él para inspirarse y reflexionar, por la paz y calma que le transmitía.

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Ositos pescando en el canal :3

A lo largo del camino vas encontrando multitud de templos, nosotros sólo fuimos al Nanzen-ji porque era gratis (abre de 6 a 18h). Nos quedamos muy sorprendidos de ver en medio de los terrenos del templo un acueducto romano (Suirokaku). Más tarde, nos hemos enterado de que todavía funciona y de que se usa para suministrar agua potable desde el lago Biwa.

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Desde aquí cogimos un bus y nos bajamos en Gion para comer algo. Sin embargo, por la calle principal sólo hay tiendas de productos para geishas y casas de té. Los restaurantes por esa zona son muy caros, si queréis comer barato tiene que ser en Pontocho o buscando por callejones. Así es como nosotros descubrimos un restaurante de sopas que no estaba mal:

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Al volver al bus, descubrimos un templo muy bonito en Gion: el Yasaka jinja (gratis). Este templo tiene un papel importante en el Festival de Gion, ya que es la entrada al parque Maruyama. Dentro volvimos a ver una boda (¿quién dijo que era difícil ver bodas en Japón?):

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Después cogimos un bus que nos dejó en otro de los templos más importantes de Kyoto: el Kiyomizudera o templo del agua pura (abre de 6 a 18h y cuesta 300 yens). Es el único templo que encontramos abarrotado de gente, supongo que porque era domingo. Para llegar a él hay que coger el bus 206 y bajarse en Kiyomizu-michi. Después tendréis que pasar por una calle llena de tiendas.

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El templo es conocido sobre todo por el manantial Otowa-no-taki y sus tres fuentes. Tuvimos que hacer mucha cola para beber de esta agua pura, que dicen que tiene propiedades curativas. Hay que elegir uno de los 3 chorros, porque si bebes de los 3 trae mala suerte.

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En este templo también encontraréis el Jishu-jinja o templo del amor (pasado el templo principal, subiendo unas escaleras). Se trata de dos piedras separadas por 18 metros. Los que quieran obtener el amor deseado deben andar de una piedra a otra con los ojos tapados.

Por último, otra cosa que nos impactó (aparte de sus jardines y de las vistas que se veían de Kyoto) fue una especie de gruta a la que tenías que bajar totalmente a oscuras y sin ver nada, tocando las paredes hasta que llegabas a una tumba y allí tenias que pedir un deseo. Da un poco de miedo porque nosotros bajamos sin saber qué nos encontraríamos, pero recomiendo hacerlo.

Después de este templo, cogimos un bus hasta la estación (sobre las 16-17h de la tarde los buses van abarrotados porque todo el mundo vuelve de ver los templos, así que tuvimos que montarnos como pudimos). En la estación se puede ver la torre de Kyoto:

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Después de una siesta en el hotel, volvimos a la estación para coger un bus a la zona de Gion, que por la noche hay más movimiento. Bajando por la calle principal, si os metéis por los callejones de la izquierda, encontraréis restaurantes tradicionales (muy caros) y es posible que veáis alguna geisha. Yo me emocioné mucho al ver estas dos, que creo que eran maikos (aprendices de geisha) porque iban muy recargadas y tintineaban cascabeles al caminar.

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Intentamos ir a ver el espectáculo tradicional que hacen en el Gion Corner, pero ese día o no lo hacían o en la guia estaban mal los horarios porque allí no había ni Dios Trist

Después fuimos andando hasta la calle Pontocho (pasado el rio) y buscamos un restaurante para cenar. Al final acabamos en uno muy barato de carne y sopas picantes de fideos con almejas. ¡Estaba muy rico! Y ya cogimos el bus de vuelta al hotel.

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